¡REMISIÓN… LOS AÑOS MARAVILLOSOS!

Adrián había terminado su tratamiento en noviembre del 2006, y Barbarita nació en enero del 2007. El nacimiento de Bárbara fue para Adrián una de las principales causas de que se prolongara su salud más de lo que los doctores en silencio le habían pronosticado. Para el tipo de neoplasia de Adrián, su recaída se presenta aproximadamente a no mas de 2 años después de su tratamiento y el hecho de que Adrián haya sobre pasado las expectativas tuvo que ver, en primer lugar su estado anímico. Para él, convertirse en padre fue una experiencia magnifica llena de alegrías y felicidad que vino a opacar los meses anteriores que fueron tan terribles. Cuando una persona es feliz el cuerpo humano es capaz de producir una serie de hormonas, tres de las cuales son responsables de producir placer (Dopamina), aliviar el estado de ánimo (Serotonina) y producir "felicidad" (Endorfina). Estas tres hormonas son indispensables en la función del sistema inmunológico y lo hacen que trabaje de manera optima.

Además, cuando la bebé nació, Adrián estaba totalmente inmune deficiente y a mi se me ocurrió la maravillosa idea de que se tomara parte de mis calostros maternos. En ese entonces yo no tenía idea de la importancia del calostro materno, solo sabía que el oncólogo había mencionado que era muy importante que a nuestra bebé la amamantara para que su sistema inmunológico la protegiera de su carga genética.  Con esa información concluí que si funcionaba para mi bebé, seguro también para mi amado esposo y él aceptó. Así que ese calostro sin que nosotros supiéramos, fue para él su pase de salud para superar sus primeros dos años de remisión.

Hace poco supe que por medio del calostro materno se transmiten a nuestro cuerpo una enorme carga de linfocitos T.  Elemento importantísimo para la inmunidad y para atacar cualquier forma de célula cancerígena, bacterias y virus en nuestro organismo.Pasaron dos maravillosos años, llenos de felicidad y prácticamente empezábamos a olvidar esa terrible experiencia. En el transcurso de esos dos años Adrián siempre cuidó, hasta donde sabíamos en ese tiempo, su tipo de alimentación. Eliminó las grasas saturadas, colorantes artificiales, carnes curadas, carne de cerdo en todas sus formas, y evitó en la medida posible las azúcares.  Era una manera de alimentarse muy sana, pero no óptima para un ex paciente de cáncer.

Antes de que Adrián empezara su tratamiento en julio del 2006, su oncólogo sugirió que guardara su semen ya que por el tipo de quimioterapia y su condición física, que era muy joven, la esterilidad pronosticada sería permanente después del tratamiento con cisplatino (tipo de quimioterapia). Muy decididos acudimos a una clínica de fertilidad donde se congeló el semen esperando en unos años pudiéramos disponer de el. Para septiembre del 2007, casi a un año de que hubiera terminado su tratamiento, acudimos nuevamente a la clínica de fertilidad donde se le iban a practicar estudios a su semen para determinar si la esterilidad era definitiva. En efecto los resultados salieron negativos para fertilidad. Pero eso para nosotros nunca fue motivo de desánimos porque ya teníamos a un angelito que Dios nos había regalado y éramos muy felices. Decidimos que en unos años regresaríamos a la clínica a una inseminación artificial.

Los meses pasaron y para marzo del 2008 sentí que moría de una extraña enfermedad que me atacó con fiebre, vómitos y un dolor terrible que me tumbó por una semana. Yo muy segura, creí que se trataba de una salmonelosis o algo así. Tenía años de no enfermarme de nada y verdaderamente juré que se trataba de algo muy grave.  Hasta que un día a Adrián se le ocurrió que esa enfermedad tan grave podría ser nada más y nada menos que un embarazo!!! Rápidamente y con mucha emoción me hice un prueba de embarazo porque no podía creer que fuese posible (tan sólo unos meses antes nos habían asegurado que la esterilidad era permanente) y resultó la noticia más hermosa. Un nuevo bebé llegaría a nuestra familia: Adriancito…